Inmaculada. (Perlas para mis amigos – 79)
“Cuando el Padre decidió enviar a su Hijo al mundo, quiso que naciera de una mujer, por obra del Espíritu Santo, y que esta mujer fuese absolutamente pura, para acoger en su seno y luego en sus brazos maternos al que es la santidad perfecta. Entre la Madre y el Hijo quiso que no existiera obstáculo alguno (…). Por eso María fue hecha inmaculada; ni siquiera por un instante la rozó el pecado. Esta es la belleza que el ángel Gabriel, en la anunciación, contemplaba al acercarse a María (…), “llena de gracia” (Lc 1,28) (…) En ella todo está dominado y dirigido por la gracia, desde el origen de su existencia. Ella no solo ha sido preservada del pecado original, sino que ha recibido una perfección admirable de santidad. Es la criatura ideal, como Dios la había soñado; (…). La belleza del ser divino se refleja en ella de la manera más impresionante.”
Juan Pablo II, 7-XII-1983
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